En Valladolid casi todas las Penitenciales se fundaron al amparo y cobijo de las órdenes religiosas. La Penitencial de la Vera Cruz al amparo de la Orden Franciscana y la de Jesús Nazareno al de la Orden de los Agustinos Calzados. Como no podía ser menos la de la Pasión comenzó su andadura albergada por los Trinitarios calzados del Monasterio de la Santísima Trinidad de Valladolid. Lógicamente estaba en el empeño de los hermanos cofrades, llegados tiempos mejores, embarcarse en la construcción de sus propios templos que, con mejor o peor suerte, albergarían no solo los actos litúrgicos sino también las imágenes y enseres de las cofradías que no eran pocos. Debían ser templos con unas características muy especiales y que en otro momento detallaremos. Eso sucedió con la Cofradía de la Pasión. En un primer momento se reunían en el Hospital de ánimas de la parroquia de Santiago. Un testigo la describe así: “…la casa y hospital donde se juntan los cofrades de la Cofradía de la Pasión es casa muy pequeña, vieja y muy arrinconada y en parte muy oculta y que se quiere caer…” El 19 de junio de 1575 en cabildo general se acuerda la compra del solar donde se ubicaría la Penitencial en el pasadizo de Don Alonso Niño (hoy calle de la Pasión y callejón de la Caridad). Pedida licencia en marzo de 1577 se inician las obras de construcción encargándose de ellas Juan de Mazarredonda y Pedro del Rio; se cree que también intervino en la construcción Juan de Nates. Las obras finalizarán en los primeros meses de 1581. Curiosamente se tiene constancia detallada de la inauguración de la iglesia que se hizo constar y puede leerse en los libros de cabildos del siguiente modo: “...la primera misa que se dijo en el hospital nuevo de la cofradía de la Sagrada Pasión de Nuestro señor Jesucristo, hizo decir el ilustre Sr. D. Alonso de Mendoza, Abad de la muy noble villa de Valladolid, hoy sábado 18 de marzo de 1581...”. Quizás por razones de índole estético o por obras de mantenimiento en la fabrica en 1666, Gregorio Rodríguez Gavilán nieto de Gregorio Fernández y hermano de la Penitencial afronta una reforma de envergadura consistente en el revestimiento de talla de los arcos y las bóvedas. Así lo recogió el libro de actas: “…Para el 5 de junio se llamó a cabildo a Felipe Berrojo, maestro que a de hacer la dicha obra, para mantener la formalidad de ella, por ser el más insigne que se conocen su profesión y no hay otro en esta ciudad de que se pueda fiar…” Los trabajos llegan a su fin en el año 1672. La iglesia contaba con una nave central lo suficientemente amplia como para albergar los altares de cada una de las tallas y una sacristía hermosísima con hornacinas donde se colocarían otras tallas procesionales. Contaba además con un piso superior de las mismas dimensiones que la nave central de la iglesia que servía como sala de cabildos y almacén. Esta fue la sede de la Cofradía hasta que en el primer cuarto del siglo XX intereses inconfesables decidieron cerrar al culto una de las iglesias más fascinantes y con más historia de Valladolid y que gracias a Dios hoy dia aún podemos contemplar, eso sí como sala de exposiciones.
Fachada de la Iglesia de la Pasión
(Fotografia tomada de internet)
Con motivo del 475 Aniversario de la Fundación de Cofradía el Excmo Ayuntamiento de Valladolid descubrió esta placa a la entrada de la que fue Iglesia Penitencial de la Pasión, hoy Museo de la Pasión
(Fotografías tomadas del archivo de la Cofradía)
Plano de la Iglesia Penitencial de la Pasión y lugares donde se cree estaban situadas las tallas procesionales
(Fotografía tomada del Archivo de la Cofradía)
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