viernes, 22 de junio de 2012

LA VIRGEN NEGRA DE CZESTOCHOWA, REINA DE POLONIA


Hoy colabora con el blog un buen amigo. Se trata de Don Grzegorz Lonski, (Don Gregorio, como familiar y cariñosamente le conocemos en la Cofradía). Sacerdote polaco y hermano de nuestra Penitencial. Desarrolla un tema que para una persona originaria de aquella querida nación tiene unas connotaciones muy especiales porque, en mi opinión, hablar de la Virgen de Czestochowa es tanto como hablar de la misma historia de Polonia. La colaboración nos dibuja de manera profunda y clara las mil y una  vicisitudes históricas del pueblo polaco que quiso siempre unir la historia de la Virgen Negra con su propia historia.
                              
   
Sobre las colinas calcáreas que se encuentran junto al río Warta y que se extienden desde Cracovia hasta Wielun se levanta la ciudad de Czestochowa. Se dice que el nombre de la ciudad proviene de su fundador, un eslavo de nombre Czestoch. En los documentos del siglo XIII viene llamada como un pueblo de caballeros denominado Czestochowa. A finales del siglo XIV recibió el status de ciudad. En la parte occidental de la ciudad, llamada ya en el siglo XIV, "Vieja Czestochowa", se encuentra una colina alta de 293 metros, concedida a los monjes de San Pablo llegados de Hungría en 1382. Encima de la misma se erigió el conjunto de edificios del santuario y del monasterio, rodeado de murallas y parques, que lleva el nombre de Jasna Góra (Clara Montana). Los monjes Paulinos u Orden de San Pablo Primer Eremita fueron fundados al inicio del siglo XIII en Hungría después del gran movimiento eremita que conmueve a toda Europa en los siglos XI-XII. Fue el príncipe Wladislao de Opole, plenipotenciario del Rey Ludovico de Hungría para la tierra polaca en los años 1367-1372, quien llamó a los Monjes de San Pablo a Polonia. Ellos llegaron a Czestochowa en 1382, y recibieron una pequeña iglesia y depositaron el Icono de la Virgen.


Icono de la Virgen de Czestochowa
(Imagen tomada de internet)

El cuadro de la Virgen pertenece al tipo de iconos denominados Odigitria (esta palabra de origen griego significa "Aquella que indica y guía a través del camino). Pintado sobre una tabla de madera de  122,2 cm, 82,2 cm, y 3,5 cm, el cuadro representa el busto de la Virgen con Jesús en brazos. La cara de la Virgen domina el cuadro con el efecto de que quien lo mira se encuentra inmerso en la mirada de María: mira a María que le mira. También la cara del Niño mira al peregrino, pero no su mirada, que resulta fija. Las dos caras tienen una expresión seria y pensante lo que da a todo el cuadro un tono emotivo. La mejilla derecha de la Virgen está marcada por dos rasguños paralelos y por un tercero que atraviesa a los otros dos. Su cuello presenta otros seis arañazos, dos de los cuales son visibles y cuatro apenas se perciben. Jesús está vestido con una túnica escarlata y descansa sobre el brazo izquierdo de la Madre que hace como de trono para que se pueda sentar. La mano izquierda del Niño sostiene el libro y la derecha está elevada en signo de bendición. Sobre su pecho descansa la mano de la Virgen que señala al Niño y parece querer decirnos: “Fijaros en mi Hijo Jesús, Él es el Hijo de Dios”. El vestido y el manto de la Virgen están adornados con la flor de lis, símbolo de la familia real de Hungría. Contrasta la luminosidad de sus vestidos con los colores oscuros de sus rostros. En la frente de María hay representada una estrella de seis puntas. Ambos, la Virgen y Jesús tienen aureolas doradas.
La historia del cuadro de Jasna Góra viene transmitida según dos versiones: una tradicional que tiene sus orígenes por una parte en la leyenda y por otra parte tiene sus fundamentos históricos que han sido reconstruidos por los críticos de arte interesados por la genealogía de esta extraordinaria Imagen. Según la versión de la tradición, el cuadro fue pintado por el evangelista Lucas sobre la mesa de la Sagrada Familia. San Lucas habría pintado dos imágenes de María: una de ellas llegó a Italia y fue conservada en Florencia, donde todavía hoy es venerada; la otra fue trasladada de Jerusalén a Constantinopla por el emperador Constantino y colocada en una Iglesia. Seis siglos más tarde, el príncipe ruso Lev obtiene del emperador el cuadro como reconocimiento de sus méritos militares. Durante las guerras en Rusia, el príncipe Wladislao de Opole encontró el cuadro en el castillo de Belz. Allí este icono era venerado como milagroso. Después de la victoria sobre los tártaros el príncipe trajo consigo el cuadro a Czestochowa y confió su custodia a los monjes Paulinos. Estas noticias nos han llegado a través de un manuscrito, el más antiguo que conocemos y nos habla de ello, llamado "Translación tabule”. Una copia de este manuscrito del año 1474 se conserva en el archivo de Jasna Góra.
La fama siempre creciente de la imagen milagrosa de la Madre de Dios hizo que en poco tiempo el monasterio se convirtiera en meta de continuos peregrinajes y que comenzara a recoger numerosísimos y preciosos exvotos. El valor de tales dones enciende por desgracia la codicia: el 14 de abril de 1430 (día de Pascua), una banda de ladrones, procedentes de Bohemia, de Moravia, y de Silesia, asaltaron el monasterio. Entrando en la capilla de la Madre de Dios los ladrones quitaron del altar la imagen de la Virgen, empobreciéndola de todos los objetos valiosos y estropeando su rostro con las espadas.

Parte  del tesoro del Santuario
(Imagen tomada de internet)

Seguidamente echaron el cuadro al suelo, rompiéndose en tres partes según la narración de Piotr Risius, contenido en la obra "Historia Pulchra" (1523). El cuadro se restauró en Cracovia en la corte del rey Wladislao Jagiello. Los restauradores intentaron respetuosamente extender los colores sobre la tabla, pero estos desaparecían. Hoy se sabe que la dificultad de restaurar un icono antiguo estaba en la aplicación de colores al temple sobre una imagen encáustica. Después de fracasar en la operación de restauración, los restauradores rascaron totalmente la imagen antigua y pintaron una nueva sobre la tabla milagrosa. En los signos del rostro de la Virgen pasaron el punzón para recordar la barbarie. Después de la profanación y de la restauración la fama del santuario creció enormemente y aumentaron las peregrinaciones hasta tal punto que la iglesia gótica primitiva fue insuficiente para acoger el número de fieles. Por este motivo, ya en los años 60 del siglo XV, junto a la Capilla de la Virgen, se comenzó la construcción de una iglesia gótica de tres amplias naves.

Santuario de Jasna Góra
(Imagen tomada de internet)

 El monasterio sufrió otro asalto en 1466 por el ejército del rey bohemio. Estos episodios, además de la necesidad e importancia de disponer de un baluarte cercano a los confines con Silesia, convencieron al rey Wladislao IV de la necesidad de construir un muro de cerco al monasterio. Los trabajos se iniciaron en 1638. El santuario de Jasna Góra se convertía así en una fortaleza mariana: el "fortalitium marianum". Pero pronto el santuario sufriría una dura prueba. En 1655 aproximadamente se dio inicio a un plan de ataque contra Polonia. E1 21 de Julio del mismo año, el ejército sueco entró en Polonia. Las ciudades de Varsovia, Poznan y Cracovia fueron fácilmente conquistadas. La nobleza polaca, dividida en luchas intestinas, no quiso combatir. Por esta razón todo el país cayó rápidamente bajo la dominación sueca. El 18 de noviembre de 1655 la Armada del General Müller, constituida por treinta mil hombres, llega a Jasna Góra.


Santuario de Jasna Góra
(Imagen tomada de internet)

Los soldados suecos exigen el inmediato abandono del santuario. A pesar de ello el Prior de Jasna Góra, el padre Agustín Kordecki, decide continuar la defensa del sagrado lugar. Disponía de 170 soldados, 20 nobles y 70 monjes.¡Pocos en relación con los treinta mil suecos! Ante la negativa de abandonar el santuario, el ejército sueco atacó. Los combates duraron 40 días y terminaron con la victoria del ejército de María. La victoria conseguida por la pequeña fortaleza de Jasna Góra, llamada con desprecio "gallinero" por el General Müller, resultó de gran importancia religiosa y política. El ataque a Jasna Góra fue considerado una violación a los sentimientos religiosos y la victoria fue inscrita no como valentía de los soldados, ni gracias a la solidez de la fortificación, sino a la tutela de la misma Madre de Dios protectora de aquel lugar. Después de estos episodios, todo el país se alzó en armas y comenzó a luchar contra los invasores suecos. El 1 de abril de 1656 el rey Juan Casimiro consagró solemnemente todo el país bajo la protección de la Madre de Dios en la catedral de Lwow y la proclamó patrona y reina de la tierra de su Reino. Desde aquel momento Jasna Góra se convierte así en el símbolo de libertad religiosa y política para el pueblo polaco. Después de todo ésto los muros del baluarte mariano tendrían que soportar otros asaltos en 1656, 1702, 1704 y 1705. Polonia conoce una paz relativa en 1711. Era el momento favorable para la coronación de la imagen de la Virgen. Los fieles lo querían desde hacía mucho tiempo. Según atestiguan las litografías del siglo XVI la imagen portaba desde los orígenes una corona. Por esta razón, y con motivo de la visita del nuncio apostólico Benedetto Odescalchi los monjes de San Pablo se informaron sobre la posibilidad de coronar la imagen. Obtenida la respuesta positiva, presentaron la petición al Capítulo Vaticano. En 1716 el Papa Clemente XI firmó el acta de coronación que tuvo lugar el 8 de septiembre de 1717 ante la presencia de cerca de doscientos mil fieles. 
Hacia la mitad del siglo XVIII la precariedad del sistema politico, la creciente prepotencia de la nobleza polaca y la errónea política exterior determinaron la decadencia de la República. De esta situación se aprovecharon los estados limítrofes, Rusia y Prusia. Con el pretexto de proteger a Polonia, el ejército de Catalina II, emperatriz de Rusia, entró en territorio polaco. El 29 de enero de 1768 se constituyó una Conferenderación de nobles polacos contra el rey Estanislao Poniatowski que favorecía los intereses de Rusia. Casimiro Pulaski, uno de los dirigentes de la Confederación, se apoderó de la fortaleza de Jasna Góra y la defendió durante tres años de los tenaces ataques de los rusos.

Kazimierz Pulaski en la defensa de Jasna Góra
(Imagen tomada de internet)

 Cuando en septiembre de 1772 la Confederación de deshizo, el rey Estanislao Poniatowski mandó que se entregara la fortaleza a los rusos. Era la primera vez que un ejército enemigo expugnaba los muros de Jasna Góra. Poco tiempo después Polonia fue dividida. En 1795 tuvo lugar una tercera partición de Polonia por obra de tres invasores: Austria, Prusia y Rusia. Por más de 120 años Polonia fue borrada del mapa de Europa. En este doloroso periodo de la historia de la nación polaca, Jasna Góra constituyó un punto de mira para la nación dividida recordándoles que eran hijos de una única patria e infundía en sus corazones la esperanza de libertad.


Icono de la Virgen Negra
(Imagen tomada de internet)

La imagen de la Virgen se convierte de esta manera en signo de una Polonia libre. En los tiempos de Napoleón I y del Principado de Varsovia, Jasna Góra fue una vez más la última fortaleza militar para defender la libertad de los polacos. Estos desde 1806 a 1831 soportaron con éxito los ataques de los ejércitos enemigos. Con la caída de Napoleón I, el ejército ruso ocupó de nuevo la fortaleza de Jasna Góra y el zar Alejandro I ordenó destruir las murallas. Sólo en 1843, bajo las órdenes del zar Nicolas I, las murallas pudieron levantarse pero de forma diversa a las originales. Con este gesto, el zar intentaba expresar a los ojos de Europa su tolerancia y benevolencia hacia la Iglesia. En realidad, los tres estados invasores temían a Jasna Góra por su papel peculiar de defensa de la fe y de patriotismo. Por esta razón prohibieron a los polacos ir en peregrinación a Czestochowa y denominaron a la Virgen de Jasna Góra "la principal revolucionaria". En un clima de estas características no tardó en madurar la insurrección de enero de 1863 que quería la liberación de Polonia. En las banderas de los insurrectos estaba la Imagen de la Virgen de Jasna Góra. Esta insurrección fue reprimida con graves consecuencias para toda la nación. Muchos monjes de San Pablo fueron acusados de colaboracionistas y deportados a Siberia. En 1864 el Zar Alejandro II hizo cerrar la imprenta, la farmacia y todos los estudios religiosos de Jasna Góra, privó al monasterio de las tierras que le pertenecían y limitó el número de monjes. Se suprimió la clausura y los sicarios del zar vejaban continuamente a los monjes. Con éste régimen, en la noche del 22 de septiembre de 1909 fue robado el icono de la Virgen, el vestido de perlas y dos coronas de oro que habían sido donación pontificia. Cuando el Papa Pio X tuvo noticia de lo ocurrido, ofreció a la Imagen de Jasna Góra dos nuevas coronas. La nueva coronación de la Imagen tuvo lugar el 22 de mayo de 1910, y a pesar de mantenerse la partición del territorio polaco fue celebrada con el mismo esplendor que la coronación del 1717. La primera guerra mundial no hizo en Jasna Góra ningún daño. Entre la primera y la segunda guerra mundial, Jasna Góra, fue de nuevo centro de eventos históricos importantes. El 27 de Julio de 1920, cuando se acercaba el flagelo del bolcheviquismo ruso, el Episcopado Polaco, reunido en Jasna Góra, proclamó de nuevo a Maria Reina de Polonia. Cuando la armada rusa llegó a Varsovia, millares de polacos se acercaron a su Reina para implorarle la victoria, que se consiguió el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción. Esta victoria,se atribuyó a la intercesión de la Virgen María. En Mayo de 1936 veinte mil estudiantes polacos se consagraron a María formulando el voto de edificar con Ella una Polonia nueva. En Agosto del mismo año se reunió en Jasna Góra el primer sínodo plenario del Episcopado Polaco. Al comenzar la segunda guerra mundial todo el país fue duramente probado. Jasna Góra no fue una excepción. Una parte del monasterio fue invadida por las tropas nazis. Aunque estuvieran prohibidas las peregrinaciones organizadas, aquel que lograra llegar al santuario, podía escuchar desde el púlpito palabras de consuelo y de esperanza. Jasna Góra ayudaba a los partisanos, presos de guerra y a los judíos. Los monjes enseñaban de forma clandestina a la juventud. Un repentino ataque de tanques rusos el 16 de Enero de 1945 sembró pánico en los alemanes que ocupaban el santuario y éstos se escaparon sin poderse llevar los tesoros y destruir el monasterio. Durante la post-guerra Jasna Góra se reveló una vez más capital espiritual de la nación. En Septiembre de 1946, ante más de medio millón de fieles, el entonces Primado August Hlond consagró a Polonia al Corazón Inmaculado de María. En 1948 cuando la ideología comunista se volvía amenazadora, el Primado moribundo pronunció palabras que se revelaron proféticas: "La victoria, cuando llegue, será victoria de la Madre Santísima". Este mensaje fue herencia del nuevo Primado Stefan Wyszynski. Encarcelado por los comunistas en una prisión estalinista, el Primado Wyszynski, inspirándose en el gesto del rey Juan Casimiro, compuso una plegaria a la Virgen en la cual la gratitud por cada bien recibido se entrelazaba con la oración por una Polonia libre y la promesa de una vida irreprensible en acción de gracias por la libertad. El 26 de agosto de 1956, en el 300 aniversario de los votos del rey Juan Casimiro en Jasna Góra con la presencia de un millón de personas, la súplica del cardenal Wyszyñski, todavía prisionero, vio la luz. El 26 de Octubre siguiente Wyszynski fue liberado. En 1957 el Papa Pío XII bendijo una copia de la imagen de Jasna Góra que fue llevada de modo itinerante de parroquia en parroquia por toda la nación. Esta peregrinación duró 25 años y trajo preciosos frutos de conversión. Con ocasión del milenio de la conversión de Polonia al cristianismo, el 3 de Mayo de 1966, todo el episcopado hizo el acto de consagración de Polonia a Maria, Madre de la Iglesia, por la libertad de la Iglesia de Cristo. Para este acto solemne el Sumo Pontífice Pablo VI quiso ir a Jasna Góra deseando entre otras cosas honrar al Santuario con la donación de una rosa de oro. El gobierno comunista no se lo consintió. El 4 de Junio de 1979 llegó a Jasna Góra el primer Papa polaco, Juan Pablo II, que empezó su peregrinación con estas palabras: "Se está realizando la voluntad de María: heme aquí... aquí estoy y recuerdo una vieja canción de los confedérales de Bar: "somos servidores de María, siervos de María” ... El siervo llamado desde esta tierra, vuelve a los pies de Jasna Góra, donde a menudo me detenía como vosotros y que me ha visto de rodillas sobre la tierra desnuda como vosotros estáis a menudo durante horas y horas..."



Juan Pablo II en Polonia
(Imagen tomada de internet)

Durante los tres días de la estancia del Papa se encontraron con él unos tres millones y medio de fieles. Juan Pablo II, pronunciando un acto de entrega de la Iglesia Universal, de la patria, de todos los hombres y de sí mismo a la Virgen, exclamó: "Madre, soy todo tuyo y aquello que es mío es tuyo". Le ofreció también una rosa de oro que fue colocada en el altar de la Madre de Dios. A pesar de que el 13 de Diciembre de 1981 se verificara un recrudecimiento de las relaciones entre gobierno y población a causa de la proclamación del estado de guerra por parte de los comunistas, el año 1982 fue el año en el que se celebró el 600 aniversario del Santuario. Esta difícil situación impidió al Santo Padre estar presente en el Año Jubilar pero pudo llegar en Junio del año siguiente. Su llegada fue providencial porque unió al pueblo polaco en la difícil lucha por la libertad. Una tercera vez Jasna Góra hospedó al Papa: en 1987 con ocasión del Congreso Eucarístico polaco. Durante aquél tiempo el Santo Padre rezaba para que la precaria situación político-económica del país no hicieran perder al pueblo la esperanza de un futuro mejor. La confianza de los polacos en la intercesión de la Virgen de Jasna Góra se manifestaba con el aumento de las peregrinaciones. En los últimos años han estado en el santuario más de cuatro millones de peregrinos de los cuales unos trescientos mil han llegado a pie. El último decenio es testigo todavía más de un mayor aprecio por Jasna Góra por parte de los polacos. El derrumbamiento del comunismo, definido por muchos como el "nuevo milagro del Vístula", fue preparado en oración delante de la Virgen. Para el pueblo fiel, que se esfuerza en llevar a la práctica el testamento de María: "Haced aquello que él (Jesús) os diga" (Jn 2,5) la Virgen Maria es la verdadera “Protagonista” de la revolución polaca del amor. Gracias a su presencia y su intercesión materna, Cristo vive en la Historia. El Santuario de Jasna Góra, situado sobre una pequeña colina y con un alto campanario que domina la ciudad de Czestochowa, se hace visible desde una distancia de varias decenas de kilómetros. Ocupa un área de cinco hectáreas. Un parque reservado al monasterio lo rodea por tres lados mientras que por el cuarto se abre una gran explanada que alberga a los peregrinos durante las grandes manifestaciones litúrgicas. Desde la explanada un parque público se extiende en declive hasta la ciudad y forma casi una barrera natural para crear y conservar un clima de elevación espiritual y de oración. Los muros de la fortaleza constituían en siglos pasados una defensa de aquel tesoro de la fe y cultura polaca custodiado en los edificios de Jasna Góra. Cuatro puertas, construidas entre los siglos XVII y XIX, dan acceso al complejo del monasterio. El complejo de los edificios de Jasna Góra se ha creado en un espacio de cinco siglos, pero conserva una singular compactación arquitectónica.  La parte de los edificios sagrados es la más antigua. Junto a ella otros edificios han sido construidos a través de los siglos. La Capilla de la Virgen (construida entre los siglos XIV y XX) y el Cenáculo constituyen el centro del Santuario. Adyacente al lugar sacro, surgen las conocidas “habitaciones de los Reyes” del siglo XVII. Estas habitaciones son denominadas así porque estaban destinadas a apartamentos reales para las peregrinaciones de los soberanos.  El monasterio propiamente dicho, consta de dos edificios en forma de cuadrados (siglos XV y XVII) y unidos en un largo brazo (siglo XVII) que hoy alberga a los sacerdotes peregrinos y el antiguo arsenal (siglo XVII). Fuera de los muros perimetrales de la fortaleza un espléndido Vía Crucis de época moderna adorna Jasna Góra. Cada año, de 5 a 6 millones de peregrinos de todo el mundo vienen a Czestochowa, el centro más importante de peregrinación de Polonia. Lo más significante de Czestochowa es el santuario de Jasna Gora, en donde se halla la milagrosa imagen de Santa María, el símbolo de la fe de los polacos. Cada año, muchísimos turistas caminan por el santuario. Los reyes polacos, científicos y el Santo Padre visitaron el monasterio. Durante el tiempo del sistema comunista en Polonia el santuario fue el símbolo de libertad y de esperanza. Ahora en Czestochowa se puede visitar la basílica y capilla de la Madre de Dios con la santa imagen. Luego ofrecemos una visita en la “Sala de los Caballeros”, el tesoro y el arsenal, Museo del 600 aniversario, donde encontramos una colección de objetos litúrgicos, con mucho valor artístico y una colección de los cuadros pintados por los monjes.



Benedicto XVI en Jasna Góra
(Imagen tomada de internet)

En el santuario Benedicto XVI dedicó un discurso a los religiosos, religiosas, seminaristas y representantes de los movimientos y de la vida consagrada, en el que afirmó que "el mundo de la Iglesia necesita de sacerdotes, santos sacerdotes'. 'A los candidatos al sacerdocio les pido: "...ser atentos y sensibles a las señales de santidad que Dios os hará ver entre los fieles. No temed por los deberes y las incógnitas del futuro. No temáis que os falten las palabras o que os encontréis con el rechazo...", dijo. Después realizó varias peticiones y a los sacerdotes y monjas les instó a no perder el impulso originario, con el que empezaron la vida consagrada, y a los representantes de los nuevos Movimientos de la Iglesia, les recalcó que "...la sabiduría evangélica se transmite en modo madurado, no infantil y no agresivo en el mundo de la cultura y del trabajo, en el mundo de la política, en el mundo de la vida familias y la social..." . El discurso del Papa fue un homenaje a la Virgen María que "...nos indica como abrir nuestra mente y nuestros corazones a la potencia del Espíritu Santo, que llega a nosotros para ser entregado al mundo entero..." . Pero también, el Papa explicó que la fe es "...el don que nos dan con el bautismo y que nos hace posible el encuentro con Dios...",  pero precisó que "...Dios se esconde en este misterio y pretender comprenderlo significaría circunscribirlos en nuestros conceptos, en nuestro saber y por ello perderlo irremediablemente...". Hablando a los religiosos indicó que tienen "...que cuidar con empeño el desarrollo de la fe, para que esta invada realmente todos nuestros comportamientos, pensamientos, las acciones y las intenciones...", "... A todos los que les resulta difícil creer en Dios, hoy repito: "Dios es amor..." , exclamó ante los 200.000 peregrinos que le acogieron entre cantos, enarbolando pañuelos de color amarillo y blanco. Los participantes en este encuentro, cuyo momento central fue la adoración de la Eucaristía, eran en su mayoría religiosos, religiosas, seminaristas y representantes de los movimientos a quienes el obispo de Roma había dado cita junto a la Virgen Negra, en ese lugar decisivo para la identidad de Polonia y de su Iglesia. "...Sed vosotros mismos, queridos amigos, testigos de esta verdad..." (a la que el Papa ha dedicado su primera encíclica), recomendó a los presentes. Como en discursos pasados, en ocasiones uno de sus colaboradores leyó algunos pasajes en polaco. Otros pasajes eran pronunciados por el Santo Padre en polaco o italiano. A los religiosos el Papa les aseguró que "...la vida consagrada vivida en la fe une íntimamente a Dios, suscita carismas y confiere una extraordinaria fecundidad a vuestro servicio...". A los seminaristas les aconsejó: "¡No tengáis miedo de los deberes y de las incógnitas del futuro! ¡No tengáis miedo de que os falten las palabras o de que encontréis el rechazo! El mundo y la Iglesia tienen necesidad de sacerdotes, de santos sacerdotes...". Y dirigiéndose a los representantes de los nuevos movimientos en la Iglesia deseó "...que podáis ser siempre cada vez más numerosos para servir a la causa del Reino de Dios en el mundo de hoy..."



                                                                 

1 comentario:

  1. Les saludo desde Guatemala, el País de la Eterna Primavera...

    En mi búsqueda de artículos relacionados con los Orígenes del Culto y Devoción marianas, precisamente para una tarea de Mariología, me topé con esta interesante y bella historia del Icono de la Virgen de Czestochowa o Virgen Negra.

    En lo personal, quería realizar mi investigación más enfocada al arte, pero no se puede desligar de la piedad popular, es inevitable esa relación.

    Los felicito por su blog, espero poder colaborar con ustedes, pues yo también escribo y sería interesante su colaboración en el que yo tengo y es el siguiente:
    https://encontrehistoriasparacontarles.blogspot.com/

    Les deseo lo mejor de la vida y que Dios les bendiga siempre su vida y sus proyectos. También que nuestra Madre del Cielo, les proteja en todo momento.

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