Y llegó el Domingo de Resurrección. La Semana Santa y sus desfiles procesionales tocan a su fin. Como se preveía fue un gran día, un maravilloso día, tanto desde el punto de vista de la procesión que recorrió las calles de Valladolid como y esto es más importante, lo que estábamos celebrando; que el Señor, después de su pasión y muerte resucitó. Y digo, "celebrando" en el sentido más amplio de la palabra. Rememoramos aquel día sí, pero también celebramos que aquel acontecimiento extraordinario, el más importante en la historia de la humanidad fuese así, como fue. Cada Domingo de Resurrección me acuerdo de aquellas palabras del Señor a Tomás: "...trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!. Jesús contesto: Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído..." Son palabras que me llenan de alegría porque interpreto, y no soy entendido en la materia, que aquellas palabras las dijo pensando en nosotros. Y con este planteamiento llego a la conclusión de que somos más que afortunados. Jesús, pensando en nuestras dificultades y en lo difícil que nos iba a resultar entender, se adelanta a los acontecimientos y como queriendo darnos el ánimo suficiente nos dice: "...bienaventurados los que sin haber visto hayan creído...". Creer sin ver. No sé, pero me da la sensación de que a nadie de sus contemporáneos les dijo una cosa semejante. Definitivamente somos afortunados de creer en El sin ver, aunque realmente Le sentimos entre nosotros. Felices Pascuas para todos.
PROCESIÓN DEL ENCUENTRO DE JESÚS RESUCITADO CON LA VIRGEN DE LA ALEGRÍA
Imágenes tomadas de internet de la página web de "El Norte de Castilla"
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