Todas las Cofradías que se fundaban por aquellos tiempos lo hacían para ayudar a vivir mejor entre los hermanos alguna o algunas Obras de Misericordia en concreto. Es importante resaltar que hoy en día se da una gran importancia como "invento del siglo", a aquellas asociaciones que sin ánimo de lucro se dedican a ayudar a las personas en sus diversas necesidades (las conocidas ONGs). Pues bien, esta ayuda organizada ya la prestaba la Iglesia Católica a través de asociaciones laicas como lo son las cofradías en el siglo XVI. Por lo que respecta a la de la Pasión la obra de misericordia que cuidaban especialmente sus diputados, sin descuidar otras de las que hablaremos otro día, era la de ayudar y consolar a los condenados a muerte y disponerlos para bien morir, acompañándoles al suplicio y una vez ejecutados darles cristiana sepultura, así como atender a las necesidades de sus familias para lo cual, salían pidiendo limosna trece diputados por las calles de la ciudad haciendo repicar "... unas campanillas de muy triste sonido..." diciendo en alta voz:"... hagan bien para hacer bien por el ánima de este hombre que sacan a ajusticiar...".
Acabada la ejecución y con permiso que pedían a los Alcaldes de la Sala del Crimen, se hacían cargo del cadáver del ajusticiado para ser enterrado en el Humilladero que tenía la Cofradía a las afueras de la ciudad y posteriormente el Domingo de Lázaro acudir hasta el mismo, recoger todos los huesos y después de una larga procesión con paradas en San Pablo, Cofradía de las Angustias, Cofradía de la Vera Cruz y Cofradía de Jesús Nazareno con el rezo de los Misereres correspondientes darlos definitiva sepultura en una capilla llamada de "los ajusticiados" que mantenía la Cofradía en el Convento de San Francisco en la Plaza Mayor.
Fachada del Convento de San Francisco en la Plaza Mayor de Valladolid
Dibujo de Ventura Pérez
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