Hoy interviene en este blog un buen amigo. Antonio Romero González, hermano cofrade de la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto, Santos Apóstoles Pedro, Santiago y Juan y María Santísima de Gracia y Esperanza de la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, quien nos habla de una de las vertientes más importantes, quizá la más importante, de las cofradías; la ayuda callada y desisteresada al prójimo y que se practíca de manera ciertamente encomiable en las hermandades. Le doy las gracias de corazón y le emplazo desde estas lineas para que vuelva a intervenir y nos hable sobre la Semana Santa de aquella bonita e histórica localidad del sur español.
En estos días inciertos…
… en los que vivir es un arte
(como decía el disco de aquel famoso grupo de décadas pasadas) muchas personas
están pasando posiblemente el peor momento de sus vidas. Estamos en una época
en la que por desgracia para las personas que dirigen nuestros destinos no
somos más que meros números y fríos datos estadísticos.
Estamos en un momento de la
historia de la humanidad, en la que se han perdido todos los valores por los
que nos educaron y por los que ha luchado el ser humano desde el principio de
los tiempos.
Hace unos días, Caritas dio un
dato escalofriante sobre el incremento en las atenciones que están realizando,
sobre todo de personas jóvenes y con hijos. Pero quizá el dato más preocupante
no es el que se tiene, sino el que no podemos tener porque todavía hoy, es un
gran tabú el pedir ayuda económica, sobre todo si has vivido medianamente bien.
En estos días inciertos, es
cuando muchos hemos recuperado parte de la ilusión perdida en las Hermandades
por culpa de las banalidades, las necesidades superfluas y las disputas entre
hermanos. En estos días, estamos viendo, como en las hermandades se está
realizando una labor silenciosa y de mucha importancia, ayudando a hermanos y a
no hermanos, incluso a personas que no son ni tan siquiera creyentes pero que
su situación les ha llevado a pasar por el peor trago de sus vidas, que no es
otro que pedir ayuda para subsistir.
Es raro entrar en una Iglesia, y
bien al lado de las Imágenes Titulares, o bien en algún lugar visible y no ver
una cesta donde poder dejar nuestra humilde ayuda. O esa otra labor, callada y
silenciosa de atender de manera discreta en la Casa-Hermandad a la gente, pagar
sus recibos de luz, agua o sus alquileres…estas acciones, son las dignas de
este mundo cofrade. Con acciones como éstas, todo lo demás sobra. Sobran
bordados, sobran bandas, sobra todo lo que no sea necesario… porque se ha
conseguido por un momento cumplir con uno de nuestros principios; ayudar a
nuestros hermanos.
Creo que todos tenemos que estar satisfechos
de nuestras Hermandades en estos momentos y sentirnos orgullosos de la labor
que están realizando y de cómo lo están haciendo, sin ruido y desde la mayor de
las responsabilidades. Espero que estas humildes y torpes palabras sirvan para
su reconocimiento, y también para que todas esas personas que lo están pasando
mal, sepan que en nuestras Hermandades no damos préstamos a un interés fijo.
Nosotros aplicamos otro tipo de interés, el poder ver que la gente que lo
necesita pueda salir de esta mala situación con nuestra ayuda.
Imagen de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto de Sanlúcar de Barrameda
(Imagen tomada de internet)
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