viernes, 16 de diciembre de 2011

DE GRIS Y NEGRO

Las Cofradías de Semana Santa nos diferenciamos unas de otras no solo por las imágenes que alumbramos en los desfiles procesionales, o por las plantas procesionales que configuran nuestro discurrir por las calles de las ciudades, o incluso por la forma de desfilar que empleamos unos y otros. Una de las diferencias, quizás la más visible y que nos hace distinguirnos unos de otros es la indumentaria que nos ponemos en esos desfiles procesionales, en otras palabras, el hábito que llevamos. En Valladolid las cofradías antiguas, las "penitenciales" como vulgarmente se las conoce (fundadas en los siglos XV, XVI y XVII) ya desde los primeros años incorporaron las túnicas en sus desfiles procesionales. Solían ser hábitos de colores oscuros confeccionados con telas toscas que denotaban el caracter penitencial de las corporaciones y de los desfiles en los que intervenían. Se trataba de salir a la calle dando testimonio y acompañando las imágenes con las escenas de la Pasión del Señor. Los que salían lo hacían precisamente para de una forma u otra hacer "penitencia" ya fuese desde la disciplina pública (hermanos de disciplina, como se recoge en los libros de cabildos) o alumbrando el desfile procesional con grandes antorchas (hermanos de luz) vistiendo el hábito de cada cofradía. 


Penitentes. Siglos XV-XVI
(Imagen tomada de Internet)

La crisis por la que atravesaron las hermandades y que abarca desde finales del siglo XVIII a principios del siglo XX se llevó por delante muchas cosas, entre otras el acudir a los desfiles procesionales portando el habito de penitente. Se pueden ver fotografías de los primeros años del siglo XX donde los cofrades desfilan con ropa de calle. Es al principio de los años cuarenta cuando, creada la Junta Pro Semana Santa de Valladolid se indica a las Cofradías que deben salir con cierta uniformidad en los desfiles procesionales, cosa por otra parte muy lógica. 
Por lo que se refiere a la Cofradía de la Pasión en muchas ocasiones nos hemos preguntado los hermanos cofrades el porqué nuestro habito, que data de aquellos años, es del color que es. Aunque parezca mentira no es fácil contestar a esa pregunta y estoy seguro que salvo alguna cofradía como La Santa Cruz Desnuda (franciscanos) y algunas otras más, no muchas pueden dar una explicación sobre el porqué del color de su hábito. 


 Principios de los años 40. Procesión General del Viernes Santo en Valladolid
Como puede verse en aquel año, los cofrades de La Pasión (Comisaría del Perdón) desfilaron sin capa
(Fotografía tomada del Archivo de la Penitencial)

Hace ya algunos años (ahora que lo recuerdo ya me parecen muchos) pregunté al que por entonces era nuestro hermano más antiguo en la penitencial la razón de nuestro hábito gris y negro. La explicación que me dio, ahora con el paso del tiempo cuando la recuerdo, llega incluso a emocionarme por todas las connotaciones que tiene el relato y que hablan de aquellos hermanos mayores nuestros que supieron en tiempos difíciles darnos una lección de sacrificio y de amor a la Cofradía inigualables y a los que desde estas sentidas líneas rindo un homenaje de cariño y gratitud. (Casi textual) "...Mira, me dijo, por aquel entonces cuando nos obligaron a ponernos el hábito, la Cofradía y los cofrades no pasábamos por nuestro mejor momento económico (primeros años cuarenta) y no nos quedó más remedio que ir a buscar la tela más barata, pobre y de peor calidad que hubiese en el mercado, tela que además tendrían que "fiarnos" porque no se tenía dinero para afrontar su compra. Alguien desde el Arzobispado nos remitió a un vendedor de telas. Vimos en el almacén dos piezas, una de tela gris y otra de tela negra de muy mala calidad, parecían de papel de fumar y pensamos que más pobres y de mayor penitencia que esas no podría haber ninguna. Nos dieron las telas fiadas y con ellas se hicieron los primeros hábitos grises y los capirotes negros; ese año no pudimos salir con capa porque quizás pensando que no lo pagaríamos no nos dieron la tela suficiente. Acabada la Semana Santa y con los primeros dineros que nos dieron como subvención del Ayuntamiento a las cofradías pagamos al vendedor...". Hay un dicho franciscano que dice algo así: "el hábito franciscano es pobre pero protege del frio". Con aquél hábito de la Pasión además de pobre te morías de frío. Hoy los cofrades de la Pasión llevamos con orgullo aquel mismo hábito, de mejor calidad sí, pero con el mismo espíritu con el que lo llevaron nuestros mayores como signo externo de nuestra Cofradía y en el sentir de muchos, cuando Dios quiera, nos presentaremos ante El ya descubiertos, sin capirote, pero con ese distintivo.



 Iniciando la Procesión



Cruz Alzada y Bandera de la Cofradía de la Pasión
(Fotografías del Archivo de la Cofradía tomadas por Celia Mayordomo Rivero)

















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